Habrá otros, sí. Pero esto es como el primer amor. Nunca se olvida. Y el SOS lo fue. El primero en abrir la lata festivalera con goles hasta en el descuento. Ahora, conocida la noticia de que este año no cantaremos “sí, sí, sí, la décima (edición) ya está aquí”, sólo queda recordar la secuencia de flashes que nos ha dado este festival. Porque por mucho que tengamos (casi) los treinta, seguiremos llevando camisetas de Amoeba Music. Nunca hemos dejado de querer(le) pese a tener un cartel de mierda. Yo no sé si tengo tanto background como dice alguno, pero esto es lo que el SOS nos ha dado. Que es mucho. Que es todo.
La Vieja Condomina. Una Estrella Levante bien fría al llegar. El escenario Eroski. El descubrimiento de los Punsetes. Los Hashtag. Las amistades GQ. La barra Red Bull como zona mixta. Las Papá Levante. Purple rain. El rap del SOS. Las noches en Casa Emilio y en la Pensión Segura. La universidad del camping. La insolación de 2014. Y el vals del SOS en 2016. Pipas y sangría en las gradas cuando sobrevivía(mos) sin planchas y sin cargador. Camisetas Marisco Recio y en caso de duda, consulte con otro farmacéutico. Las pulseras en llaveros. Y capucha, siempre capucha. El escenario Brugal y el año que nos perdimos a Amaral y a Temples. Buenas noches, Mursía. Bonita no eres, pero sí hermosa.
Años después, te dicen que molas. Que sigues molando. Que a los festis no se va con novia (a no ser que sea como tú). Hemos cantado una y mil veces el ‘Explícame’ de los Lori. Mano a mano. Porque nos las sabemos todas. Que I wanna be your best friend pero I don’t want you to be my girl. Que el viernes se bebe a las puertas del bar Los Molinos y el sábado hamburguesa en el parking. Donde se hacen “amigos” hablando de la Liga. ‘Bad Habits’ a quemarropa. Y no hay dürüm más delicioso que el que se sirve en el SOS. Muy Yummy todo.
Murcia nos dio vida. Magia pura. Amistad. Los amigos de mis amigos son mis amigos. Y recuerda que en un festi no se liga, pero ya conocemos el dicho: “no te arregles tanto porque al final se liga en sudadera”. Nunca logramos ir en coche. Éste, dijimos. Pero ahora todo son lloros. Como buenos visionarios, gritábamos: “el último, va a ser el último, esto está vacío”. ¿Quién nos mandaría? Era lógico. Aquello se quedó muerto tras la última drogaína de Pete y Barat.
Dorian de día. The Kooks dos veces. La generación ‘Midnight City’. La inexistencia (etílica) de The XX y Bloc Party. Virginia en cabina. ‘Violins’ el hit. Nos perdimos el año de Jarvis. ¿Esos son MGMT? Petarlo con los Maddafakka antes de que se echaran novia. La noche de Justice y Vitalic. Las cuatro canciones de Vetusta. La infidelidad a SuperSubmarina. Yo sobreviví a un concierto de Prodigy. Vivir un ‘Meat is murder’ comiendo pizza. La amistad con ‘La pequeña muerte’. El éxtasis de Chvrches y follar con León Benavente. No somos tan mayores para Manic Street Preachers. El cañeo con los Fresones. El pogo de Digitalism. La clase de Phoenix. Mi clase magistral de Citizens! El sopor de Pet Shop Boys. Amiga, lo vas a flipar con Matt & Kim. Bailaremos como locos ‘el Fantasma de la Transición’. Le Cucut dj Set. Nos la suda Damon Albarn. Crystal Fighters entre hombres. The National para dormir. ElyElla, el descubrimiento. Y que no pase un día sin que des tu opinión de Murcia.
No hay dos sin tres y al final fueron cinco. Y no hubo un sexto porque en 2010 te entró el canguelo de principiante. A las puertas de la Sala Heineken en aquellas fiestas demoscópicas. Tú estabas tímida y te marcaste un #NoEsNo. Idiota de ti. No te imaginabas la increíble amistad que estaba germinando en esos momentos. Curiosamente, ese año y en 2012 (tus dos ausencias) cayó el diluvio. Y en Murcia nunca llueve, si acaso chispea. Veremos si llueve el próximo mayo.
Me cago en SOS. Te vamos a extrañar. Mucho.