Es domingo y hemos venido a confesar la verdad, toda la verdad y hasta la verdad, que diría Javiera Mena.
Yo soy más guapa que Katy Perry
El guapo subido. Los match(es) de Tinder. Fuego, mantenlo prendido, fuego. El yo, me, mi, conmigo. Ese “no es por nada pero yo…”. No lo llames positivismo, llamémoslo yoísmo –ennial.
Sujétame que voy a editar (que no a mear)
Cuenta la leyenda que las mujeres somos capaces de una hazaña que se eleva al cuadrado cuando es de noche por tol mundo. Tenemos el poder de sujetar la puerta del baño, el bolso, la copa, los kleenex etc mientras hacemos pis. Manos, pies, codos…todo vale para la medalla de tal proeza. Por eso, cuando un amigo (nos) dice: “sujétame (la copa) que voy a editar” se nos queda cara de emoji de El grito de Munch. No sabemos si por el hecho de no poder hacer malabares con dos objetos a la vez o porque filtrar se convierta en el nuevo mear. Aún no está claro.
Las Vistillas no existen
#SomosMayores
No veo Instagram de conocidos
Haterismo a la enésima potencia. De los más loco que hemos escuchado en el grupo. ¿Nos fiamos? ¿Le queremos? ¿Un selfie? Hi, hater! Queremos tu camiseta.
Un hombre que saber coser, tiene que follar bien
¿Ahora nos pone que enhebre una aguja? ¿Que se coja/se meta los bajos? ¿Que no dé puntada sin hilo? Demasiadas metáforas.
Así cosía, así, así
Así cosía que yo le vi
Felicidades, has tenido mucha suerte, guapi.