Si marco gol, te lo dedico. Este solía ser un mantra de la adolescencia forjado en los campos de fútbol llenos de hierbajos y heridas de cemento. Era una condicional que predecía un final de oreja a oreja. Marcar en esta liga era lo de menos porque ya se había cruzado todo el medio campo. Y ese era el mérito. Algo así como un mensaje privado de Insta a cara perro o mejor dicho, de cara a la portería que te alegraba ese verano de casi tres meses.
Esta táctica de pizarra podría aplicarse también a las canciones. Dani Martín decía que en las canciones contaba sus miedos y se sentía mucho mejor. Pero más que eso, es vivir para escribir. Si estoy viviendo (esto) contigo ahora pues voy a contarlo. No voy a pensar en cómo esos ex joden las fotos de familia de boda y las celebraciones con amigos. Destierro todo “y si” y hablo de ti, que es mucho mejor que presentarte a mi madre.
Y todo esto para comentar el recién parido disco de Alfred. Tantos meses gestando el asunto y cuando llega la hora del alumbramiento, los flashes le han dejado ciego. Si el chico ha hecho un disco durante su mayor orgasmo vital, ¿a quién coño se lo va a dedicar? ¿O acaso tú te arreglas menos por si vuelves a casa antes de las 3 de la madrugada?
Le va a costar, pero en un tiempo volverá al final del año y verá que le han pasado muchas cosas y en el fondo, no (le) ha pasado nada. Mejor dicho, no se ha movido nada. Y sin saber si eso es bueno o malo, él ya se habrá marcado un Suck it and see como ya lo hizo Alex Turner. Una vez parido no me queda otra que dedicarlo haciendo señales de humo, que hay que explicároslo todo.
Mientras tanto, Amaia ha llegado a una de esas ciudades de las que habla Alfred en su setlist y ya no quiere irse. Además, se ha cortado el flequillo y ya sabemos lo que eso significa. Ha echado la llave pero va a seguir escuchando esas letras porque sabe que el mundo sin música no gira. Lo sabe.
En el fondo, somos intensitos de la vida y en las canciones nos encontraremos. Yo no entiendo nada si no es con canciones, así que sigamos aumentando la playlist y como dice Alfred: “llévatelo, háztelo tuyo”.