Hace una semana dimos carpetazo a la Liga. En una semana decimos hola al Mundial. Y ya hay jugadores en la Selección con menos edad que la nuestra. Duro. Dijimos que cuando el equipo incluyera ya a varios beginners, sería otro síntoma más. De la crema anti acné al sérum anti edad. Menos mal que el Vogue dice que el anti ojeras hay que usarlo a diario y la nueva remesa no nos pilla de sopetón.
El tiempo se mide en etapas. Crecemos a la par de las carreras de los futbolistas. Desde los ídolos de primera Comunión hasta la devoción más adulta. Hace unos años, todo eran Martinas y Pablos. Y hoy los nuevos papis abogan por la generación de las Olivias y las Lolas. La plaga de las Marías siempre estará ahí. Y ahora todos y todas sois de Arda Turan. Eso es así.
Los primeros nombres propios fueron los Kiko (fíate siempre de una melena rizada), los Redondo (te molaba porque su pelo cortado casi ‘a tazón’ bailaba en el campo como el del chico de tu clase tan moni) y los Steve McManaman. Bueno, ese era el prefe de tu amiga. Se lo había escuchado a su padre. Claro, luego llegabas tú -que coleccionabas los cromos de la Liga- y la dices que guapo precisamente no es, y la hundes. Aquí ya se vislumbraba a las madridistas de un solo partido. A las madridistas de oídas. Y por último, los Guerrero. Me refiero a tu gorra de Julen, esa que tu madre no se atrevía a llevar porque le daba vergüenza hacer esa chiquillada y te obligaba a ponértela en cada partido. Gracias mamá por el buen gusto.
Les siguen los Torres (a la par que el primer amor), los Iker (el portero de la unificación con los colegas) y el Villa del Valencia por el que pagaste una pasta para ver cómo soplaba su flequillo en el Alfonso Pérez. Si vas a la décima fila, sector 1, allí reposa tu culo congelado.
La alineación pre madura llega con el desembarco –en aguas del Mersey- de Xabi Alonso. Sus Wayfarer, su barba pelirroja sin serlo él y la importancia de ser vasco. Y punto. Pirlo. Cuando Andrea te clava un gol de falta por la escuadra es un “elige restaurante que esta noche pago yo”. Los maduritos son los nuevos ‘paluegos’. ¿Algún Cholo en la sala? ¿Pep? ¿Villas-Boas?
Después sientes un tremendo fervor por la cantera. Los Jordi Alba, Koke e Iturraspe son el andar por casa en zapatillas, el hacerlo muy fuerte con tomates en los calcetines y el perder la virginidad comiendo una hamburguesa con kétchup el uno frente al otro. Historias de sofá y pijama que hacen que hasta De Marcos parezca un madraca de cuna.
Y así vamos coleccionando cromos que una vez nos hicieron creer y soñar. La temporada que viene ya no serán los mismos. Ni tú tampoco.