Odio a grupos

Si a medida que vas cumpliendo años tu paladar tolera más tipos de sabores, tu oído en cambio echa la llave a ciertos sonidos. Dicho sin finuras: hace oídos sordos a ciertos grupos. Es más, los repele con tan solo leer su nombre. Pura cabezonería. Ese no no no sinfónico sirve para lapidar a bandas al abismo más absoluto.

Aquí va (mi) odio irracional a ciertos grupos indies. En la música rara vez hay medias tintas. Sin embargo, a veces entra en juego el factor sorpresa y el odio acaba convirtiéndose en amor. Como en la vida.

Los Punsetes. En aquellos años de “morir en una discoteca llena de maricas” yo estaba a otra cosa. Su Alferez Provisional ayudaba más bien poco. Y el naming de la banda generaba en mi interior una repulsa sin ni siquiera dar la opción al amable “son majos, pero no me gustan”. No era yo carne de reductos. En realidad me estaba perdiendo las verdades de la Biblia y un hermanamiento de haters. Afortunadamente, los amigos están para abrirte los ojos sin meter presión. Dejando que descubras esas verdades en forma de canciones (y de la vida) por ti misma. Eternamente agradecida a esas tres al fondo del escenario Radio 3 tras la nostalgia universitaria de Dorian. La actitud estática de Ariadna (y otras cosas) las descubriría más tarde. Absoluta adoración.

Javiera Mena. Lo siento, pero le hice la cruz tras su cagada en el escenario de Murcia junto a Los Lori. Destrozó la perfecta El tiempo pasará o eso recuerdo (no he querido comprobarlo enchufando youtube). Ni que decir tiene que nos fumamos su solo bebiendo en el Eroski. Pero hace unos días sudando la gota gorda y también de Javiera, sonó algún tema de Otra Era y he vivido una semana escuchando en bucle ese disco y bailando frente al espejo. ¿Y usted qué? He caído a los pies de esta princess chilena.

El Último Vecino. Prejuzgando que es pecado, a primera vista sus pintas daban pereza. ¿Pero quién demonios eran esos tipos? «Escúchalos a lo mejor te molan». Simplemente creo que hice lo que hago muchas noches en las que no salgo: buscar y escuchar. Y moló todo. Y entonces volvió el círculo. Javiera Mena, Ariadna Punsetes y una de las agencias que más me mola como creadora de esa campaña para la vuelta de Tentaciones. ¿Cómo no me iban a molar? Ahora suplico por verles tocar.

Enric Montefusco o Standstill, llámalo como quieras. Os presento al único odio racional y consciente. Aquí no cedo. Me superan. Aunque #respect siempre a todos sus fans por lo que tienen que…La frase “Me voy a inventar un plan para escapar” me persiguió semanas o quizás meses en aquel piso con armarios grandes. Una dura penitencia. Lo lamento, amiga. Sé que estarás leyendo esto. Pero eso era lo único que quería hacer yo: escapar de esa voz. Pero mira el lado positivo, viviste un concierto solita y eso curte.

Como decían Gus y Mickey tumbados en la cama y nada más, hay que ver muchas series para poder criticarlas. Pues con la música ocurre parecido. Es más, “odiar grupos es parte de la afición a la música”.

El flechazo ha de entrar por los ojos. También por los oídos. Si el amor no se trabaja. El oído tampoco. Lo tienes o no lo tienes. Y nosotros lo tenemos.