Aquí termina la reflexión de cada marzo desde 2016. Tres años clave en los que hemos recordado que ellos lo hicieron primero y que no estamos solos en esto. ¿En qué? Pues en esto de coincidir y estar bien.
Ha sido la temporada más floja de todas. Pero de sobra es sabido que cuando las cosas se asientan, la rutina juega más partidos de pretemporada que finales.
En unos años alguno de nosotros se acordará de esta serie. Firmo a que la veremos en un intento de corroborar si todo ha ido fluyendo según lo previsto. Mientras tanto, recordemos por qué LOVE es tan tuya como mía.
Porque somos de la filosofía “lo hacemos y ya vemos”. Si quieres hacer una película, hazla. Si quieres escribir un libro, escribe una novela con segunda parte. Hazlo con arrepentimiento cero. Porque podríamos habernos comprado una casa si no hubiéramos hecho lo que hemos hecho en los últimos años. Y no estamos hablando de hacer películas o formar bandas, sino del hoy se sale, hoy se bebe. Donde se van los dineros.
Porque salir a fumar hace piñita. Y por la noche, siempre pantalones de mayores. Pero claro, tú no renuevas el armario desde el instituto. El f****** padrenuestro del armario masculino. Comprar bueno sale barato. La ecuación está clara: tú bueno y yo, bueno, más y mejor.
Porque echar de menos el último momento en el que nos sentimos bien es lícito hasta que se disfraza de egoísmo de ex(es). No soy tu almohada, no soy tu pastilla rosa y menos aún tu come back, baby.
Que los cumpleaños son el mal. Que no somos de avisar y rezamos para que no haya velas en la tarta. A los cumpleaños se va de invitado. Y no hay más que soplar.
Que de los creadores de “si no tiene libros, no te lo folles” llega “las rooms adolescentes son los nuevos diarios”. En las habitaciones de la que siempre será nuestra casa no hay sesiones privadas de Spotify que valgan.
Si has marcado el doble check en lo anterior es porque por fin te has arriesgado a llevar a tu novio al pueblo. Y aquí viene el clásico. Obligarle a ir misa para después narrarle la alineación de las primeras veces de todo y los “ahí fue dónde”. Si no eres capaz de hacerlo, no fuiste un vividor. Porque las primeras veces son como las canciones, siempre hay que marcar la casilla del momento y el lugar antes de darle al play. Y ahora arropaos con la manta de grannies que hace fresco.
Si “detrás de la lengua siempre viene el corazón”, primero será en las redes y luego el número de teléfono. Feliz cumpleaños en Facebook y los direct messages en Instagram vendrán solos. La sonrisa del whatsapp es el siguiente paso del love texting.
Love ha sido la historia de una relación mejor contada. Cuando algo va bien, sucede a cámara rápida. Sin acelerones, sin forzar y sin un sí*. Es la velocidad química del LOVE. Estamos bien y punto. Te conozco, me enamoro y ya llegarán finales con Wilco a todo volumen. Sin olvidar que cuanto más aceleramos, más más más podemos reírnos de nosotros mismos. A la vez. Siempre que la magia funcione.
Si yo soy tu Gran Torino, tú eres mi LOVE.